sábado, 14 de agosto de 2010

Difícil de asimilar

Hoy ha muerto Gabriel.

A pesar de su larga enfermedad, la noticia me ha pillado desprevenida, dejándome con ese nudo en el pecho que sólo con tiempo se puede quitar. A lo mejor era de esperar y yo no lo he sabido ver, pero, curiosamente, un hombre tan indeciso para casi todo, en esto siempre se mostraba seguro y determinante; cada vez que he hablado con él se mostraba optimista y con vistas hacia delante: "Esto es grave, pero está cogido a tiempo, yo me encuentro bien y con ganas de estar allí de nuevo."

No me hago a la idea de que no le volveré a ver. Hoy no es un buen día.
Las palabras han empezado a salir, y no sé si al final del día le daré al botoncito de publicar o no. Por una parte me parece una frivolidad y además es imposible reflejar lo que se siente, que ni yo misma sé muy bien qué es. Pero también pienso que seguramente a él le guste que le recuerde aunque sólamente sea con estas cuatro palabras.

Así que, van por tí.

No hay comentarios: