La Selva de Irati es un extenso hayedo-abetal situado en la cabecera del río Irati, en los valles Navarros de Aezkoa y Salazar. Con sus 17.000 hectáreas constituye la mayor masa arbolada continua de Navarra y uno de los bosques europeos más extensos y de mayor riqueza medioambiental.
Se puede acceder desde los dos valles. Nosotros llegamos desde el Valle del Salazar, desde la carretera local que sale desde el pueblo de Ochagavía y se adentra en el bosque de Irati hasta la ermita de las Nieves.
En la selva existen numerosas posibilidades de travesías, paseos e incluso ascensiones montañeras.
Una vez más, aunque esta vez sí ibamos preparados para ello, la niebla y demás condiciones meteorológicas, no nos permitieron hacer lo que nos hubiera gustado: El pico de Ori (2.021 metros), que marca el límite oriental de la Selva de Irati, justo en la frontera con Francia y es conocido por ser el "dosmil" más occidental del Pirineo.
Pero ya sabíamos que en la selva existe una red de 16 senderos a elegir, denominados SL, todos menores de 10 Kms. y que suponen una buena alternativa. Nos decantamos por el SL NA-63A, con un recorrido de 8,2 kms. y un desnivel de 250 mts. Accesible para todos, sin ninguna dificultad, y muy bonito al transcurrir por senderos (no por pista forestal) , cruzando arroyos y porque llega hasta el embalse de Irabia.
Aunque el bosque nos pareció impresionante y estaba precioso, creo que llegamos 20 ó 30 días tarde. Todos los ocres y amarillos de las hojas caídas que bañaban el suelo, unos días antes los hubiéramos contemplado en los propios árboles, mezclados con el verde de los pinos y dándole esa tonalidad multicolor tan espectacular.
Además, en esta época (puente de la constitución) se pisa mucho barro por los senderos. En realidad se pisa sobre los ríos de hojas que forman un espeso manto sobre el suelo, que al pisar se hunden hasta que llegas al barro, que a su vez se hunde hasta cubrirte la bota. Tampoco nos importó mucho, porque después del barro que habíamos pisado el día anterior, las botas ya estaban finas, pero si alguien va en esta época, que vaya preparado.
En cuanto al pueblo de Ochagavía, desde donde partimos, y dónde se encuentra la oficina de información de la Selva de Irati, mencionar que merece la pena visitarlo y pasear por sus calles, porque es precioso. Dicen que no hay población navarra que cuide tanto su aspecto externo ni mantenga con tanto tesón la forma tradicional de hacer las casas: estructura de madera y paredes de piedra.
Parece ser que allí fue grabada la película "Obaba" de Montxo Armendáriz.
Nos llamó la atención la poca gente que había en general, no sólo en Ochagavía. También en el Roncal, En Ansó, en Echo.... incluso en la carretera.
Se puede acceder desde los dos valles. Nosotros llegamos desde el Valle del Salazar, desde la carretera local que sale desde el pueblo de Ochagavía y se adentra en el bosque de Irati hasta la ermita de las Nieves.
En la selva existen numerosas posibilidades de travesías, paseos e incluso ascensiones montañeras.
Una vez más, aunque esta vez sí ibamos preparados para ello, la niebla y demás condiciones meteorológicas, no nos permitieron hacer lo que nos hubiera gustado: El pico de Ori (2.021 metros), que marca el límite oriental de la Selva de Irati, justo en la frontera con Francia y es conocido por ser el "dosmil" más occidental del Pirineo.
Pero ya sabíamos que en la selva existe una red de 16 senderos a elegir, denominados SL, todos menores de 10 Kms. y que suponen una buena alternativa. Nos decantamos por el SL NA-63A, con un recorrido de 8,2 kms. y un desnivel de 250 mts. Accesible para todos, sin ninguna dificultad, y muy bonito al transcurrir por senderos (no por pista forestal) , cruzando arroyos y porque llega hasta el embalse de Irabia.
Aunque el bosque nos pareció impresionante y estaba precioso, creo que llegamos 20 ó 30 días tarde. Todos los ocres y amarillos de las hojas caídas que bañaban el suelo, unos días antes los hubiéramos contemplado en los propios árboles, mezclados con el verde de los pinos y dándole esa tonalidad multicolor tan espectacular.
Además, en esta época (puente de la constitución) se pisa mucho barro por los senderos. En realidad se pisa sobre los ríos de hojas que forman un espeso manto sobre el suelo, que al pisar se hunden hasta que llegas al barro, que a su vez se hunde hasta cubrirte la bota. Tampoco nos importó mucho, porque después del barro que habíamos pisado el día anterior, las botas ya estaban finas, pero si alguien va en esta época, que vaya preparado.
En cuanto al pueblo de Ochagavía, desde donde partimos, y dónde se encuentra la oficina de información de la Selva de Irati, mencionar que merece la pena visitarlo y pasear por sus calles, porque es precioso. Dicen que no hay población navarra que cuide tanto su aspecto externo ni mantenga con tanto tesón la forma tradicional de hacer las casas: estructura de madera y paredes de piedra.
Parece ser que allí fue grabada la película "Obaba" de Montxo Armendáriz.
Nos llamó la atención la poca gente que había en general, no sólo en Ochagavía. También en el Roncal, En Ansó, en Echo.... incluso en la carretera.
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