Una vez un niño estaba mirando como una oruga salía de la crisálida.
Por lo visto, aquella oruga tenía problemas y no hacía ningún progreso,
de manera que aquel joven quiso ayudar y cortó la crisálida con un
trozo de plástico. Pero en lugar de salir transformada en una linda
mariposa, la oruga murió al instante.
La oruga necesita la
experiencia de la lucha para salir de la crisálida y convertirse en una
mariposa. Al impedir esa lucha, había negado a la oruga la posibilidad
de volar.
Las épocas turbulentas y los períodos de lucha en
nuestra vida son en realidad una oportunidad para desarrollar nuestras
alas y para expresar lo mejor que llevamos dentro.
“La crisis suele ser el comienzo de una auténtica mejora. Hay que quitar lo viejo para que lo nuevo y mejor pueda llegar.”
La lucha personal debe ser experimentada en la vida porque fortalece y
descubre talentos y habilidades que sólo surgen en dichos momentos. No
queramos ser salvadores de nadie. No incurramos en la sobreprotección.
Permitamos que los demás se sientan vencedores de sus propias luchas.
Disfrutemos con que los demás aprendan y mejoren. Cortar los momentos
duros es cortar los procesos de transformación.
Fuente: María Jesús Crespo - Piscología