Antes de visit
arla me hice una guía de todo lo que consideré importante saber y de todo aquello que leí que no me podía perder.
En general creo que no me equivoqué mucho. Londres está lleno de mercados. Visitamos tres, cada uno peculiar a su manera y creo que no os debéis perder ninguno: Camdem Market en Camdem Town, algo parecido al clásico punky de postal, es decir, un ambiente gótico, punky, retro, pero contrariamente a la decadencia habitual de estos ambientes, en Camden Town nos encontramos a familias paseando felices entre todo el jolgorio como si de un parque de atracciones se tratase. Covent Market en Convent Garden, donde es fácil encontrarse espactáculos entre los mercadillos; y Portobello en Notting Hill, donde nos encontramos desde antigüedades, hasta churros y paella. En su origen, Portobello Road fue un mercado de fruta fresca en el siglo XIX; no fue hasta 1960 que empezaron a instalarse los anticuarios que hoy llenan la calle.
Por supuesto lo típico, Buckingham Pal
ace, Westminster Cathedral, Westminster Abbey, Casa del Parlamento y Big Ben, London-Eye, Tate Modern, St.Pauls' Cathedral, Tower of London y Tower Bridge. Parques: Hyde Park, Kensington Gardens y St.James's Park.
El cambio de la
guardia en Buckingham Palace, sólo se realiza a diario a partir de Mayo. Nosotros no lo pudimos ver, aunque sí los vimos pasar a caballo. En cuanto al Parlamento, es bastante impresionante encontrarte con el Big-Ben al doblar la esquina cuando bajas Whitehall street ; la entrada es libre y se puede visitar la Cámara alta y la Cámara baja, y ver a los Lords. Tampoco aquí tuvimos suerte, ya que estaban "on vacations until next monday" y no pudimos entrar. La abadía de Westmister, se pasa con entrada, aunque si pasas a escuchar misa te dejan entrar. Escuchamos nuestra primera misa anglicana en inglés. El London-Eye, vistas espectaculares de todo Londres. En la Torre de Londres se encuentran las joyas de la Corona. Nosotros no pasamos a verlas.
Claro, tampoco nos podíamos perder el Museo Británico. Cuando entras, en el folleto que te dan te comentan lo que no te puedes perder, porque verlo entero... no es que sea imposible, pero sí al menos agotador. Por supuesto, la zona de las "piedras" de Egipto, con la piedra rosseta y la esfinge de Ramses II, y la zona de las "momias de Egipto". Y la parte de Atenas, que tienen allí medio Partenón.
Y como no, siempre que vuelves de un viaje hay alguien que te dice ¿Y no ha visitado esto? Justo algo que no has visitado y merecía la pena. Parece ser que nos perdimos el museo de las Ciencias. No leí nada de él en los top tens de Londres y todo eso, y si nadie te lo dice, pues no vas a visitar todos los museos, porque está plagado. Pero parece ser que hay un Apolo dentro. No siempre se tiene la oportunidad de ver un cohete.
Siempre que no tuviéramos demasiada prisa, intentábamos mover
nos en autobús mejor que en metro. Nos subíamos a la primera fila del piso de arriba y a disfrutar de la ciudad mientras te desplazas.
También visitamos, por curiosidad, los almacenes Harrods, sobre todo su zona de comida es bastante curiosa. Y sus escaleras egipcias, con ese toque hortera. Y Oxford Street, una calle muy comercial y abarrotada de gente. Y al atardecer-noche, como no, Trafalgar Square, Leincester Square, Picadilly Circus y el Soho y barrio Chino. Toda esa zona está plagada de bares, pubs, take aways y con una marcha alucinante. Y estas inglesas, con un frío que pela, y salen a la calle medio desnudas, con uno escotes y unas minis...
En cuanto a los desayunos, muy ligeritos. A base de huevo frito, bacon y salchichas y de remate si te apetecen las típicas beans. Además de yogures, cereales y fruta. Bueno, allí me dí cuenta que soy adicta a la cucharadita de café de por las mañanas. Son tan aguados los cafés, que me pasaba la mañana con un mono :)
El hotel, era un dos estrellas, Hotel Mentone. Con los precios que tiene Londres, era lo que vimos accesible, porque para nosotros era condición imprescindible que estuviera en la zona1. Pero la verdad es que estaba bastante bien, en una zona genial y limpio. El comedor y las escaleras, típico inglés con la moqueta de flores, pero en las habitaciones las paredes estaban recién pintadas, la cama era cómoda y nueva, y el baño pequeño pero recién reformado; no necesitabamos nada más. Había oído que las habitaciones del sótano eran un poco estrechas, así que solicitamos una en el segundo piso y nos la dieron sin problemas. En cuanto a los desayunos... ya los he comentado, muy bien.
Los transportes... Nosotros volamos al aeropuerto de Gatwick, a 48 kms. al Sur de Londres. Para mí la mejor opción es allí comprar un ticket-return, es decir ida y vuelta, en el Gatwick Express, que es un tren que te lleva directo, sin paradas, en 30 minutos a la estación de London Victoria, que ya conecta con el metro. Cuesta £28,8. Otra opción es coger el tren, el Southern. Te ahorras £6, pero tarda prácticamente una hora. Para moverse por Londres, lo mejor es la travelcard para tres días ó la Oyster. Ambas cuestan £17, para los tres días, y ambas son válidas tanto para el metro como para el autobús, aunque creo que la travelcard te permite además coger el tren, mientras que la Oyster no.
Un pequeño susto en el viaje: a la vuelta, en el aeropuerto. Gatwick tiene dos teminales la Norte y la Sur. El tren te deja en la terminal Sur y tienes que mirar cada compañía en qué terminal opera. Volvíamos con Iberia vueloIB74645, pero por las pantallas no encontrábamos el vuelo, y en las pizarras de "qué compañía en qué terminal" no aparecía Iberia. La ida la habíamos hecho con EasyJet, por lo que la terminal no tenía por qué ser la misma. Preguntando nos enviaron a la terminal Norte. Tienes que coger un tren, que es gratuíto, pero siempre te queda el intríngulis de si estarás yendo en la dirección correcta. Una vez en el terminal Norte, nuestro vuelo seguía sin aparecer en las pantallas. Por un momento pensé que habíamos comprado un vuelo fantasma, que no existía, a través de internet y casi nos entran los 7 males. Preguntamos y en un principio no nos supieron decir, aunque nos guiaron a los mostradores de la British Airwais y allí sí, por fin alguien nos aclaró que compartían los vuelos con Iberia y que volvíamos con ellos, en el vuelo BA2466.
Frase del viaje, no por ser la más bonita, pero sí la más repetida: "Mind the gap between the train and the platform".